Tricicle dirige un musical de comedia. Forever Young es un espectáculo tierno, sin rozar jamás lo cursi, divertido, sin caer nunca en el mal gusto, e inteligente, pero para públicos de cualquier edad.
Es una bocanada de aire fresco en el mundo del musical convencional. El musical que Tricicle hubiese hecho si en la ruleta de la fortuna les hubiese tocado saber cantar.
Forever Young está repleto de canciones que todo el mundo conoce lo que, por tal de evitar comparaciones odiosas, obliga a cantarlas muy bien, razón más que suficiente para que esté interpretado por cantantes que actúan y no por actores que saben cantar. Algo lógico, pero, sin embargo, poco común.
Seis cantantes bien dirigidos y un piano bien tocado son suficientes para que, canción a canción, –algunas enteras y muchas atomizadas en pupurrís que parece que no tengan fin– nos hagan rememorar los mejores momentos de nuestra vida.
Un musical de Erik Gedeon que Tricicle descubrió por pura casualidad cuando estuvieron actuando en Oslo.
SINOPSIS
Seis viejos centenarios pasan una velada en el escenario de un teatro reconvertido en asilo de artistas.
Algunas noches, los residentes se visten con sus mejores galas y rememoran (o inventan) sus éxitos de antaño en compañía de una enfermera empeñada en martirizarles con canciones infantiles que potencien su psicomotricidad, pero en cuanto ella les deja solos, su indómito espíritu rockero sale para dejar constancia de que no han dejado de ser lo que siempre han sido, ROCKEROS; y cantan y gritan y bailan tanto como les permiten sus delicados esqueletos.
Seis actores jóvenes se interpretan a sí mismos, o a lo que serán dentro de cincuenta años.
DESCUENTOS:
30% PARA AMIGOS DE EL BATEL (100 ENTRADAS)