"En la música, como en otras formas de expresión artística, todos nosotros somos viajeros, y lo que nos mueve es la trascendencia- una cualidad que impregna esta magistral obra de Gustavo Santaolalla. Escuchar “Ronroco” es una experiencia transformadora, de aquellas que nos marcan la vida con un antes y un después: al mismo tiempo que el disco nos transporta a un territorio desconocido, nos ofrece también un profundo sentido de pertenencia. Gracias a él se arraigó en mí la percepción de pertenencia a un lugar, Sudamérica.
Sin embargo, al extender las fronteras de la latinidad, su carácter universal hace más complejo y multifacético este sentido de identidad. No en vano, canciones como “De Ushuaia a la Quiaca” dieron la vuelta al mundo. Prosa y poesía, obra espiritual y experimental, personal y universal, “Ronroco” es una prueba de la genialidad de un artista incansable en la búsqueda de sus raíces. Qué suerte para nosotros, ¿no?"
Walter Salles.